Por qué se devalúa el Dólar?
El valor del dólar, la moneda de reserva más importante del mundo, ha comenzado a mostrar signos de fragilidad. En este artículo exploraremos los factores que impulsan la devaluación del dólar y cómo las políticas económicas de Estados Unidos están acelerando este proceso.
El Oro en Máximos Históricos: Una Señal de Alerta
Hoy en día, el oro ha alcanzado un precio histórico de 2,700 USD por onza. Este aumento refleja la pérdida de valor de las monedas fiduciarias, como el dólar. ¿Por qué sucede esto? En épocas de incertidumbre económica y financiera, los inversores tienden a buscar refugio en activos seguros, y el oro ha sido tradicionalmente considerado como tal. Esto lleva a un aumento de la demanda de oro, lo que incrementa su precio. Cuando el oro sube, generalmente indica que las monedas fiat, como el dólar, están perdiendo poder adquisitivo.
Pero, ¿por qué el oro afecta al dólar? El oro es un bien tangible y limitado, mientras que las monedas fiat pueden ser emitidas en cantidades ilimitadas por los bancos centrales. Si el precio del oro aumenta, significa que más dólares (y otras monedas) son necesarios para adquirir la misma cantidad de oro. En otras palabras, se necesita más dinero para comprar lo mismo, lo que es una clara señal de devaluación de la moneda. Esta tendencia no solo afecta al dólar, sino a todas las monedas fiduciarias, ya que la mayoría de ellas no están respaldadas por bienes físicos y dependen de la confianza de los mercados.
El Impacto de las Sanciones: Una Estrategia Autodestructiva
Otro factor que contribuye a la devaluación del dólar son las sanciones económicas que Estados Unidos impone a otros países. Aunque estas sanciones están diseñadas para castigar a las naciones que no siguen la política exterior de EE. UU., también tienen un efecto boomerang: el sancionador se sanciona a sí mismo.
Imaginemos que sancionas la panadería que está frente a tu casa. Si antes podías comprar pan cómodamente allí, ahora tendrás que caminar más para encontrar otra panadería. Esto genera incomodidad y un costo adicional. Del mismo modo, cuando Estados Unidos sanciona a países como Rusia, Irán o Venezuela, no solo corta las relaciones comerciales con ellos, sino que también pierde acceso a los recursos y productos que esos países proveen. Además, cuando estas naciones sancionadas se dan cuenta de que ya no pueden depender del dólar para sus transacciones, buscan alternativas y se organizan en bloques como los BRICS.
El surgimiento de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y su expansión con la inclusión de otros países es una respuesta directa a las sanciones de EE. UU. Al buscar comerciar utilizando otras monedas, estas naciones reducen su necesidad de dólares y, por ende, su necesidad de mantener reservas en dólares. ¿Por qué deberían guardar una moneda que no les sirve para nada? Esto crea una menor demanda global de dólares y contribuye a su devaluación.
Un Juego de Monopoly Mal Jugado
La situación con el dólar es similar a un juego de Monopoly donde el dueño del juego comienza a sancionar a sus amigos: “Tú no juegas”, “Tú no tocas mis cartas”. Al final, le tocará jugar solo. En este contexto, si Estados Unidos continúa con su estrategia de sanciones y proteccionismo, lo que podría suceder es que el dólar se convierta en una moneda de uso limitado a países aliados como los del G7, y cada vez menos relevante a nivel global.
Y esto no es solo una cuestión económica, sino también de percepción. Cuando más países se alejan del dólar, la influencia económica y política de Estados Unidos también disminuye. Las empresas comienzan a ver un entorno menos favorable para hacer negocios y trasladan sus operaciones a otros países con costos más bajos y menos regulaciones. Esto es exactamente lo que ha estado ocurriendo con empresas que trasladan sus fábricas a México, China o India, escapando de los altos costos de producción y la incertidumbre económica.
Inflación y Pérdida de Poder Adquisitivo: El Costo de Devaluar
La devaluación del dólar también se refleja en una creciente inflación dentro de Estados Unidos. A medida que el valor del dólar disminuye, se necesitan más dólares para comprar productos importados. Esto encarece la producción de bienes locales y eleva los precios para los consumidores. La pérdida de poder adquisitivo afecta directamente a la población, lo que provoca que el costo de vida aumente. Es más caro vivir, más caro producir, y, por ende, más caro competir.
Para contrarrestar esta pérdida de competitividad, muchas empresas estadounidenses prefieren trasladar su producción a otros países. Esto no solo reduce sus costos operativos, sino que también las exime de pagar impuestos en EE. UU. Este éxodo de empresas se asemeja a un barco que se hunde, y cada compañía que se va representa un agujero más en el casco.
Cómo Salir de Este Círculo Vicioso?
La manera fácil y lógica de salir de este hueco es dejar de imprimir más dinero y cesar las sanciones a diestra y siniestra. Sin embargo, eso no parece estar en el horizonte político. En lugar de abrir la economía, se vuelven cada vez más proteccionistas: aranceles del 100% a vehículos chinos, restricciones comerciales y más sanciones. ¿Quién paga el precio de estas políticas? El pueblo estadounidense, que termina enfrentando precios más altos por productos de menor calidad.
En última instancia, la devaluación del dólar no solo es un problema económico, sino un síntoma de políticas erradas que, en lugar de fortalecer a la economía estadounidense, la aíslan y la hacen menos competitiva a nivel global. Es como si el dueño del juego de Monopoly se quedara jugando solo, sin amigos y sin mercado.
La devaluación del dólar es el resultado de políticas monetarias expansivas, sanciones autodestructivas y un creciente proteccionismo. Si bien a corto plazo estas medidas pueden parecer efectivas, a largo plazo erosionan la posición del dólar como moneda de reserva global y disminuyen la competitividad de Estados Unidos en el mercado internacional. Para revertir esta tendencia, EE. UU. necesita repensar sus políticas y adaptarse a un mundo cada vez más interconectado, donde la cooperación económica es más valiosa que el aislamiento.